MEDIANTE VIDEOLLAMADAS SE HA MANTENIDO CONTACTO ENTRE PACIENTES Y FAMILIARES
Durante esta pandemia, cientos de pacientes han mantenido el contacto con sus familiares a través de videollamadas realizadas por profesionales contratados por el hospital especialmente para esta labor, con el objetivo de favorecer el vínculo de los enfermos con sus seres queridos, debido a la suspensión de las visitas y acompañamiento para evitar contagios por coronavirus.
A fines de mayo, se contrataron seis kinesiólogos en turno, de lunes a domingo, de 8:00 a 20:00 horas, a cargo de Relaciones Públicas, para cubrir las necesidades de comunicación de los pacientes, familiares y el equipo de salud, en los momentos más difíciles de la emergencia sanitaria.
Los profesionales utilizan tablet Lenovo, donadas por esa empresa al Hospital, las cuales han sido de gran ayuda para esta actividad, aportando con una imagen de alta calidad y mayor tamaño, muy importante para que los enfermos vean a sus seres queridos y viceversa.
Los kinesiólogos han mostrado gran vocación de servicio y empatía con los pacientes, integrándose a los equipos tratantes en las distintas áreas para ayudar a los pacientes a mantener contacto con sus familiares, lo cual incide positivamente en su recuperación.
También les ha correspondido realizar videollamadas para que los familiares se despidan de sus seres queridos próximos a fallecer, experiencias que han sido muy fuertes emocionalmente.
Algunos de ellos recuerdan como esta forma de comunicación marcó un antes y un después para muchos enfermos y sus familias.
Uno de estos kinesiólogos, Adolfo Saavedra, recuerda al paciente Sebastián, que estuvo intubado en UCI dos semanas y luego pasó a Unidad de Agudos, donde empezó a solicitar el alta porque no tenía noticias de su familia, estaba desesperado y solamente se quería ir. Se tomó contacto con la familia, que era muy religiosa y en la videollamada oraron juntos. Pudo ver y saber de su señora, hijo y padres. Los llamados se le siguieron haciendo a diario y de esta forma cambió totalmente su ánimo y tuvo nuevas fuerzas para seguir luchando hasta irse de alta. La familia también estuvo muy agradecida y feliz. Tanto el paciente como sus familiares quedaron muy agradecidos y le expresaron que él no se imaginaba lo importante que había sido su apoyo en momentos tan difíciles.
A su vez, Esteban Garrido, detalla el caso de una paciente, Catalina, que estaba en la UCI de Recuperación de Pabellones. Le hizo videollamada con sus hijos. Ellos estaban muy contentos de poder verla extubada. Ella no podía hablar todavía, pero se emocionó y se le cayeron las lágrimas. Los días siguientes pudo tomar contacto con su esposo y hermana. El kinesiólogo la siguió cuando se cambió de sala hasta que ella pudo hablar, primero con voz muy baja –por haber estado intubada– y luego más normal.
Otra historia es la de don Rosario, quien estaba con bastante soporte de oxígeno, y llevaba dos semanas sin hablar con su familia. El kinesiólogo Esteban Garrido le hizo videollamada con todos sus hijos, que estaban en distintos lugares de Chile y con otras personas porque tenía muchos conocidos. Pudo recibir videos de apoyo de amigos y familiares. Cada vez fue teniendo más ánimo y estuvo muy agradecido. Se desarrolló un gran vínculo entre el paciente y el profesional, por tantas jornadas compartidas.
Otro de los kinesiólogos, Mauricio Onetto, rememora el caso de don Humberto, colombiano, quien luego de una larga estadía en la UCI, estaba en muy malas condiciones, con neuropatía, traqueostomía y absolutamente desconectado de su entorno. Aunque él no lograba hablar, se le empezaron a hacer videollamadas con su esposa, quien agregó en el grupo de whatsapp a otros familiares, que estaban dentro y fuera de Chile. Como no podía hablar, todos tenían dudas sobre la conciencia del paciente y si lograba escuchar. Se dieron cuenta de que sí lo hacía, porque un día expresó su emoción y lloró. Con el paso de los meses se fue recuperando, lentamente, hasta que un día se fue caminando, recuperado.
Hugo Castillo, también kinesiólogo, realiza un recorrido diario preguntando a los pacientes si quieren comunicarse con sus familiares. Recuerda que en una sala había una señora de aproximadamente 40 años, muy angustiada y llorosa. Al preguntarle cómo estaba, ella le respondió que estaba mal y que había pasado una noche muy triste. Él le conversó largamente y la fue a ver varias veces, haciéndole compañía y le llevó cartas de saludos que en ese momento llegaban al hospital para dar ánimo a los enfermos. De esta forma pesquisó que la paciente estaba cursando un cuadro depresivo y lo planteó al resto del equipo para ayudarla, porque los pacientes deben ser abordados integralmente.
Los kinesiólogos manifiestan que son muchas las historias de recuperación de los pacientes, en quienes influyeron positivamente las videollamadas, demostrando que el contacto con los seres queridos es fundamental para el ánimo y la recuperación.
Además de este grupo de kinesiólogos, muchos integrantes de los distintos equipos del hospital han realizado videollamadas por iniciativa propia, para apoyar a sus pacientes que tienen necesidad de comunicarse con sus familiares.